La promesa de la paz
Un mensaje de paz confiere su enviado eterno
cuán placentero se hace su animado trinar.
Anuncio de paz y reconciliación es su voz conmovedora
proclama que el mundo hallará respuesta a sus necesidades.
De su jardín llegan aromas dulces de amor
de su jardín es la brisa del paraíso un signo.
El mundo será un mundo de paz y amistad
Lee en su hermoso rostro las nuevas de la paz.
Es su misión traer la vida a los muertos
cual árbol de María 1 engalanado con sus frutos.
Contempla su ilustre casa sobre el Sinaí erguida
a Moisés con su vara se asemeja.
Del cielo de Nazaret descendió Cristo
el báculo de la paz y la reconciliación es su estandarte.
Oh el monarca de la paz y la seguridad
a Medina ha arribado con su luz.
Es esta la hora propicia para la unidad,
este mundo precisa de la paz y de su perpetuación.
El mundo no compondrá sus asuntos con la lanza,
su remedio y protección es la amistad
La historia de la amistad y la punta de la lanza
no es otra que la de Kadobin 2 y su castigo.
Late agitado por las luchas el corazón del mundo,
el amor es su remedio.
La agonizante llama de la muerte y la inexistencia
ha agotado la paciencia y su fortaleza.
Llueven tribulaciones sobre el mundo desde seis direcciones
acaso Dios acuda en su ayuda.
Padece el mundo por el derramamiento de sangre
la amistad es su remedio
Desechemos las armas y sin dilación
recurramos al arado y a su alquimia.
Tal es la conducta de los verdaderos compañeros
emulando el proceder de sus amigos íntimos
Dejarán los asuntos del pueblo en manos de la gente
a los más sagaces de entre ellos se los encomendarán.
Legarán el mundo a sus moradores,
No más devoradores del mundo, quienes retienen su deuda de sangre.
¿Qué resultado se obtiene de la guerra y el combate
del fogonazo y de su lacerante estruendo?
¿Qué se obtiene del repugnante demonio de la enemistad,
de su funesto pavor y su grito de infortunio?
¿Qué se obtiene del fragor de las armas,
y el torturante toque de su trompeta?
Planta el árbol del afecto, pues la paz es su fruto,
siega al ras el plantón de la enemistad y arranca su raíz.
He aquí la llave maestra de la paz en la mano del Magnánimo
es el remedio urgente, préstale atención, pues de su Bahá ha venido.
Acojámonos a la promesa de la paz,
seamos fieles a su pacto y a su dictamen
En el afán de emular al rey de los poetas 3,
esta oda he compuesto siguiendo sus pasos.
Bahar, el encantador, quien manda romper filas
quien ha loado la paz y se ha empeñado en su elogio.
A Dios suplica él el cese de la contienda,
pues de su eliminación depende la pervivencia de las gentes.
1 Una palmera que se había secado y volvió a tener vida y fruto por María, madre de Cristo
2 Una pieza atribuida a Nasser Khosrow
3 El rey de los poetas es el seudónimo del profesor de universidad Mohammad Taqi Bahar.